Descripción
Y es que a veces nos quedamos tan vacíos por callarnos lo que sentimos, que los “te quiero” que no decimos duelen tanto como puñales en el alma.
Nos quedamos tan vacíos que saltamos por todos los precipicios que un día nos hicieron volar, y después no dejamos de caer una y otra vez.
Durante mucho tiempo me sentía enterrada en vida, ya nunca veía salir el sol por las mañanas y un día me miré al espejo pero de repente ya no era yo; el reflejo de lo que puedes ver cuando has sufrido tanto por amor y desamor a partes iguales, cuando piensas que ya no hay nadie que venga a hacer que vuelvas a sonreír y observas tu: “Saudade”.
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